Seguimos con el repaso a la serie, hoy le toca el turno al segundo capítulo de la temporada llamado ‘Huesos de cristal’, que contó con la colaboración especial de Blanca Portillo.
Pablo sigue decaido. Pilar está preocupada por él y le anima a que rehaga su vida.
Tras posponer su visita durante meses, Pilar decide subir a ver a su hermana. Aunque Ana no la oye, Pilar se sincera y pide disculpas. «Lo siento mucho, Ana. Lo siento por todo»
Pablo no está receptivo y cuando se le acerca una chica para ligar reacciona de la peor manera posible. El fisioterapeuta se enfada y no está muy acertado con Natalia, una joven a la que conoce en una cafetería.
Tras escuchar a a Pablo hablar con uno de sus pacientes, Pilar le reclama que dé consejos que él no sigue. Está cansada de ver a su cuñado como un alma en pena y le pide que retome su vida, que salga, que conozca gente. Sin embargo, Pablo no es el único que necesita mirar al futuro. Pilar también debe retomar su vida y enfrentarse a sus miedos.
Después de recapacitar sobre su comportamiento, Pablo llama a Natalia para tomar una copa. Durante la cita, el fisioterapeuta descubre que el acercamiento de Natalia no fue casual sino que Pilar está detrás de todo y decide poner punto y final a la cita.
Lola neutraliza todos los intentos de Pablo para intentar tocarla. No soporta el contacto físico y tampoco tolera las mentiras. Mientras tanto, se siente cada vez más atraída hacia Nacho, el chico de la biblioteca.
Tras varios días, Lola accede a ir a la consulta de Pablo. Es un paso importante pero no es suficiente para que Pablo pueda llevar a cabo su terapia. El fisioterapeuta necesita tocar a Lola y por eso le hace creer que será su madre quién le dará el masaje. Sin embargo, Lola le descubre y se enfada con él por mentirla.
Tras ser engañada por Pablo, Lola accede a seguir con las sesiones de fisioterapia gracias a su madre, Dolores. Para ello, Pablo tiene que agudizar su ingenio y encuentra la manera de enseñar a Dolores a masajear a su hija. El masaje a tres es la estrategia ideada por Pablo. Él masajeará a Dolores y ella a su hija. Este contacto físico es un gran avance, sin embargo, hay algo que sorprende aún más a Pablo: Lola ha conseguido identificar por primera vez sus sentimientos y entender que le gusta Pablo.
Siguiendo los consejos de Pablo, Lola tiene su primera cita con Nacho y le confiesa que sufre el síndrome de Asperger. Todo va bien pero en un momento dado, Lola sufre una crisis.
Teresa se enfrenta, con ayuda de Pablo, a su mayor reto: comenzar a recuperar la movilidad de sus piernas.
Con su marido fuera de su vida, Teresa sigue con la terapia. Sin embargo, está distraída y no se concentra en los ejercicios. Pablo percibe que Teresa no está en su mejor momento y ella le cuenta que no se siente preparada para ver a su marido. «Que tu marido no te impida volver a caminar», le dice Pablo, muy preocupado por su estado de ánimo.
Teresa no se siente con fuerzas para seguir adelante. Después de todo lo sucedido, se siente culpable. Cree que su comportamiento con José, con el que no se portó bien ni antes ni después del accidente, desencadenó los hechos que la mantenían en una silla de ruedas, de la que parece no querer desprenderse. Pablo no está de acuerdo y trata de hacerla ver que tiene que seguir adelante porque todos cometemos errores.
Pese a estar dispuesta a plantar cara a su marido, Teresa decide retirar los cargos contra su marido, que puede salir del prisión.
Mónica es una mujer con “Huesos de Cristal” dispuesta a desafiar al miedo y a sacrificar su salud y su matrimonio por ser madre. Perder la vida o quedar en una silla de ruedas no le importa con tal de traer a su hijo al mundo. Uno de los casos más difíciles a los que se ha enfrentado Pablo.
Mónica está dispuesta a desafiar al miedo y a sacrificar su salud y su matrimonio por ser madre. Pese a las indicaciones del médico y la petición de su marido, Mónica no quiere renunciar a su sueño.
Pablo está decepcionado con Mónica por ocultarle que el embarazo no fue un milagro sino que lo buscó. Sin embargo, comprende sus deseos de ser madre y por eso no la juzga aunque le pide que le diga la verdad a su marido.
Siguiendo el consejo de Pablo, Mónica le cuenta a Beltrán que sabía que podía quedarse embarazada. Beltrán no puede soportar la verdad y decide dejar sola a Mónica. «Yo ya no pinto nada aquí».
Tras una sesión de fisioterapia, Mónica se pone de parto. Pablo la lleva al hospital y desde allí, Mónica avisa a Beltrán que llega emocionado para conocer a su hijo y ver a su mujer. Sin embargo, no hay buenas noticias, el parto no ha salido bien.
Recuerda que en Mitele puedes disfrutar de los capítulos completos.
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