Belén Rueda, Eduard Fernández y Hugo Silva son tres de los protagonistas del reparto de la nueva producción que prepara Notro TV para su emisión en Antena 3.
Ambientada en la corte de Felipe II, Belén Macías (directora de la película «El patio de mi cárcel» o «La Señora» de TVE ), podría ser finalmente la encargada de dirigir el proyecto que comienza a rodarse esta primavera.
Esta ficción nos mostrará cómo era la vida de Ana de Mendoza, «La princesa de Éboli», aristócrata conocida por tener el ojo derecho tapado con un parche como consecuencia de un accidente cuando practica esgrima.
A pesar de ello la historia ha dejado testimonio de que se trataba de una mujer de gran belleza, menuda estatura, con una personalidad dominante y altiva, pero también voluble, rebelde y apasionada, como el de los antiguos Mendozas. Su influencia en la corte española de Felipe II era notable.
Belén Rueda dará vida a la princesa de Éboli, y Hugo Silva al intrigante secretario de Estado Antonio Pérez. Mientras, Eduard Fernández interpretará a Felipe II.
ASÍ ES LA HISTORIA DE «LA PRINCESA DE ÉBOLI»:
Ana de Mendoza, «La Princesa de Éboli», nació miembro de una de las más importantes familias de la nobleza castellana y se casó muy joven con Ruy Gómez de Silva, príncipe de Éboli, persona muy allegada al rey Felipe II y líder del partido pacifista de la corte, que propugnaba una salida negociada al problema de Flandes. Tras la muerte de su marido (1573) se metió monja, aunque por su carácter dominante, altivo, voluble, rebelde y apasionado, tuvo grandes conflictos con monjas, frailes, y sobre todo con Teresa de Jesús (fundadora de las Carmelitas descalzas) y volvió a la corte. Allí se convirtió en amante de Antonio Pérez (secretario del rey) y fueron denunciados al rey por esta relación y por mantener contactos con los rebeldes holandeses por Juan de Escobedo (secretario de don Juan de Austria), que poco después apareció muerto. Los motivos de la intriga que llevaron al asesinato de Escobedo y a la caída de la princesa no están claros, parece que también exitía una intriga de ambos acerca de la sucesión al trono vacante de Portugal y contra don Juan de Austria en su intento de casarse con María Estuardo.
Antonio Pérez se fugó a Aragón en 1590 y Ana fue recluida por Felipe II en su palacio Ducal de Pastrana (Guadalajara), donde murió y fue enterrrada junto a su marido en 1592. La Princesa asomaba una sola hora al día por la reja que daba a la Plaza, llamada desde entonces la «Plaza de la Hora». La leyenda: Está extendida la historia de la pérdida de uno de sus ojos por una caida o durante un entrenamiento de esgrima, aunque algunos historiadores afirman que pudo ser bizca y no tuerta. Lo que sí se aseguraba fue su belleza a pesar del parche que portaba.
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