Nuria y Rebeca se plantean buscar nuevas fuentes de ingresos económicos y acuden a una entrevista de trabajo para comercializar objetos sexuales de lujo.
Se trata de piezas de diseño único, bañadas en oro y plata e importadas de Silicon Valley (EE.UU.). Es la primera vez que se enfrentan a una situación como ésta y tendrán que superar varias pruebas de selección si quieren conseguir el trabajo. Como prueba final deberán organizar una fiesta de mujeres con sus amigas, bajo la supervisión de su futura jefa.
Mar comienza con los preparativos de la cena benéfica que está organizando en Almería. Ante todo, sabe que la promoción es una parte muy importante para que acudan muchos invitados y decide acudir a una de las radios regionales para hablar del proyecto y pedir a todos los habitantes de la zona que acudan a la cena en beneficio de los niños desfavorecidos. Al terminar en la radio, Mar se dirige a supervisar los detalles más importantes de la cena: el menú, la organización de las mesas y la decoración de la sala.
Mariana Nannis revisa y comenta las fotos que le hicieron a su hija Charlotte para el book y admite que su hija tiene futuro en la moda pero está convencida de que no tiene gusto ni criterio para vestir. Según Mariana, su hija no sabe combinar la ropa que se pone y prefiere ir provocativa en lugar de elegante. Además, la argentina acude al estudio del profesor de pintura de su hijo Axel. Tiene una cita para revisar el cuadro que está preparando para Mariana. El profesor ha quedado también con una posible cliente, una mujer a la que le encanta el arte y bastante popular en Almería: Mar Segura. Será la primera vez que Mar y Mariana se vean las caras, comenten sus impresiones y saquen conclusiones la una de la otra. Durante el encuentro, Mar aprovecha para invitar a Mariana a su cena benéfica.
En Marbella, Olivia y su hija Karen protagonizan un viaje hacia el pasado y recuerdan la etapa en la que Olivia grabó un disco de canciones populares muy conocidas en España con temas como “Cantinero de Cuba” o “La Colita”. Además, gracias a su vena artística y a su saber hacer en los negocios, Olivia guarda buenos recuerdos de sus más sólidas amistades: compartió pista de baile con Barry White y su discoteca es el lugar preferido de Enrique Iglesias cada vez que viene a nuestro país.
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