TVE vive días de incertidumbre, de dar bandazos sin saber muy bien qué camino debe seguir. Y estos bandazos se están viendo reflejados en las renovaciones de sus series.
El mayor ejemplo de estos bandazos lo estamos viviendo con la renovación – no renovación de ‘El Ministerio del tiempo’, la mejor ficción que tiene en sus manos TVE. No se entiende que tras la emisión de su último capítulo – finales de mayo – ni la productora ni el elenco sepan a ciencia cierta si van a poder seguir regalándonos ‘viajes en el tiempo’ cada semana.
Hace unas semanas Mariano Rajoy comentó que quería una TVE como la BBC inglesa -claro exponente de información y ficción cuidada-. Una comparación muy lejos de lo que están haciendo actualmente con TVE. En la BBC cuando sus ficciones han concluido temporada, las productoras y elenco saben si van a continuar o no.
El ejemplo más reciente lo tenemos con ‘Poldark’, que fue renovada por dos temporadas antes de que se emita la segunda temporada- que llegará en septiembre-. Otro ejemplo es ‘Doctor Who’, que además de poder grabar y desarrollar con tranquilidad guiones y grabación, cuando finalizó la 9 temporada ya tenía garantizada una 10, la última de Moffat como showrunner.
Una serie que cumple las exigencias de servicio público
¿Por qué es tan importante renovar con antelación? La explicación es muy sencilla, primero da facilidades a la productora para desarrollar ideas y tramas con antelación : sabiendo cuánto tiempo disponen para que la serie finalice, y les evita semanas de incertidumbre en las que podrían perder a importantes miembros del elenco artístico y creativo.
No se entiende cómo TVE no ha cerrado aún la renovación de ‘El Ministerio del tiempo’, una serie que cumple a la perfección el servicio público y que nos recuerda quiénes somos y de dónde hemos venido.
¿Cómo es posible que una serie que ha conseguido que algunos niños quieran estudiar historia, esa asignatura tan denostada algunas veces y que en realidad es tan necesaria como la filosofía al ayudar a conocernos mejor, esté pendiente de renovación? ¿Por qué debería renovar TVE esta ficción?
El exquisito tratamiento del proceso del luto
‘El Ministerio del tiempo’ nos ha mostrado con una sensibilidad exquisita un tema muy tabú en series como el dolor por la pérdida de un ser querido. El proceso del luto siempre ha sido tratado de una forma muy superficial en las series. Cuando un personaje perdía a un ser querido lo habitual en nuestra ficción es que el dolor durase dos o tres capítulos y luego se olvidaban de él.
En cambio, en ‘El Ministerio’ es un dolor latente, que no desaparece, que se mantiene y que en determinados momentos: una boda, puede reaparecer para recordarnos que somos humanos y que pase lo que pase: ese vacío de un ser querido nunca podrá ser llenado.
A través del desarrollo del personaje de Julián -escrito su dolor con una sensibilidad increíble- hemos ido avanzando lentamente por varias fases de ese doloroso proceso. Hemos vivido, durante la primera temporada, el proceso de negación de la muerte de Maite, que culmina en el momento que Julián provoca él mismo el accidente de Maite en su afán por salvarla. Y en la segunda temporada, hemos visto a un Julián que continúa avanzando pasito a pasito para superar ese dolor, que no quiere decir olvidar a Maite.
Se ha visto cómo está tratando de aprender a convivir con el dolor, que quiere avanzar, y por eso abandona su piso para trasladarse a otro: «buscando luz» -bonita metáfora empleada para decirnos que el personaje no se quedará anclado en el dolor, y que le vendrán cosas mejores.
Por eso, cuando recupera a Maite y se da cuenta que nunca volverá la persona de la que él se enamoró la deja marchar. Reflejando de una forma muy bella, el fin de esa etapa de negación que vivía Julián. Y al mismo tiempo marcando un nuevo camino para el personaje.
Julián nunca será el mismo que Maite conoció, pero tampoco será la persona tan cargada de dolor que hemos conocido. Tiene un largo camino que recorrer. Aunque el hecho de que supere el dolor de la muerte de su esposa, no significa que la olvide. Ella siempre formará parte de su vida, y a buen seguro que la tendrá presente de alguna manera.
Por ello la serie debería seguir, para que nos siga mostrando cómo avanza Julián en un momento muy complicado. Todos los que hemos perdido un ser querido podemos entender la larga travesía del desierto que ha vivido y continúa afrontando Julián.
Una serie que nos enseña historia
Otro punto por el que esta serie merece continuar es por la promoción de sucesos históricos pocos conocidos: Los últimos de Filipinas, un doble capítulo donde ‘El Ministerio’ nos trae a la memoria uno de los sucesos más oscuros de nuestra historia y donde nos muestran a los grandes héroes olvidados de la historia: la gente común, los soldados olvidados por la historia.
También por su valentía por introducir el personaje de la vampira del Rabal, consiguiendo el mejor episodio que se ha emitido hasta la fecha en una serie nacional. Todo ello mientras consigue que nos preguntemos: ¿Era ella verdaderamente culpable?
‘El ministerio del tiempo’ nos enseña el gran valor que tienen los libros
Es una serie valiente, que nos ha llevado a conocer a genios de nuestra literatura más universal. Primero nos presentó a Lope de Vega, brillantemente interpretado por Víctor Clavijo; más tarde nos trajo a la memoria al maravillosa y sublime Federico García Lorca– volviendo a hacernos reflexionar sobre lo fugaz que es nuestra vida y reflexionando sobre la muerte-, y por último con Cervantes y El Quijote.
Y no sólo eso, tanbién han conseguido que todos ellos se hayan convertido en lo más comentado en twitter. ¿Cómo van a cancelarla si aún no hemos conocido ni a Jorge Manrique con sus ‘Coplas a la muerte de su padre’, ni hemos podido conocer ni a Góngora ni a Quevedo?
A mí personalmente, me encantaría que pudiéramos conocer a Bécquer y su obra ‘Cartas desde mi celda’. Además, es de una delicada belleza que nos muestren, al igual que ha ocurrido varias veces, a los personajes disfrutando de uno de los grandes placeres de la vida: sentarse y disfrutar leyendo un libro. Es algo que es muy de agradecer en unos momentos en que leer un libro es muy denostado por algunos.
Una serie que arriesga y con un variado universo femenino
También merece ser renovada por su apuesta arriesgada de probar géneros diferentes: comedia, terror, thriller. Se agradece encender la televisión y no saber qué te vas a encontrar hoy. Gracias a esa capacidad de arriesgar nos han regalado secuencias inolvidables como la de los espejos -maravillosamente rodada por el genio de Marc Vigil-.
Merece seguir por los personajes tan reales, y tan ricos en matices que nos han regalado cada semana. Un personaje como el de Lola Mendieta con una fuerza, valentía, que fue capaz de plantar cara a Darrow, y que se ha convertido en el mejor personaje femenino de la serie -y del que apenas sabemos nada de su pasado.
También tenemos un personaje como Irene que ha ido aprendiendo de sus errores del pasado, y que nos regaló maravillosos momentos esta temporada cuando se fue de misión con Velázquez; a Amelia: quien esta temporada ha dado el paso de niña a mujer; Alonso que aporta el punto tierno e inocente y es el alma de la serie junto a Salvador; el propio Salvador: el jefe, que nos emocionó a todos esta temporada cuando nos habló sobre su pasado como niño robado; Velázquez: que es como un niño pequeño adorable, su ego y sus grandes momentos con Salvador, «sus matrimoniada» consiguen sacarnos una sonrisa siempre.
Tiene que seguir para que podamos reencontrarnos con Pacino. Y su vuelta yo no la uno a la posibilidad de crear una historia amorosa con Amelia -El Ministerio es mucho más que eso-, lo uno a que puedan explorar más sobre su pasado, ver cómo encaja en una patrulla formada por Argamasilla y con Julia, y a la posibilidad de que nos muestren más de su pasado y le doten de carga emocional. Es un personaje muy interesante por explorar. Y a mí personalmente, me gustó mucho la química que se vislumbró entre Alonso y Pacino y entre Julián y Pacino, en lo poco que coincidieron en pantalla.
‘El ministerio del tiempo’ es una serie NECESARIA
Es una serie necesaria por su crítica social y referencias: Nos recordó en su último capítulo lo duro que podría ser caer en ciertos tiranos gobiernos, nos han recordado lo importante que es mantener nuestra esencia y no dejarnos regir por lo que dicen y opinen los demás.
‘El Ministerio’ es una serie necesaria y que su mejor casa es TVE. TVE debe olvidarse de la tiranía de los audímetros y premiar la calidad, y escuchar al rugir de las redes sociales que piden su renovación. ¿De verdad tengo que creerme los datos de los audímetros? Una serie que es líder en share social, que se ha convertido en un fenómeno social, no puede tener la audiencia que marcan los audímetros. ¡Larga vida a ‘El Ministerio del tiempo’, gracias por enseñarnos cada semana un poquito de nosotros y de nuestro pasado!
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