Volvió a la pequeña pantalla con «El síndrome de Ulises» y ahora regresa de plena actualidad con «La piel azul» y con una de las películas españolas de la temporada, «Tensión sexual no resuelta», en la que interpreta a uno de los personajes más complejos de la trama.
Dices que le diste muchas vueltas a aceptar este papel, ¿por qué estabas tan indeciso?
Quien haya visto la película lo entenderá. Es un personaje muy arriesgado, de esos que te tienes que creer mucho y no pasar por encima. Cuando finalmente lo acepté, tuve claro que iba a ir a por todas y a potenciar todos los rasgos del papel.
¿Es tu mayor reto hasta la fecha?
No, es un reto más, aunque sí muy importante.
No fumas, ni bebes.
Ni fumo, ni bebo, ni tomo drogas, ni llevo tatuajes, ni pírsines, ni tampoco tengo cicatrices.
Entonces, ¿tienes alguna similitud con tu personaje de El Nardo?
Tengo tan pocas cosas en común con él que ahora mismo no se me ocurre ninguna.
Creo que el director de la cinta te tuvo que sacar de fiesta con su grupo de amigos para embrutecerte y preparar este papel.
Sí, fuimos a un local heavy donde luego rodamos una secuencia de la película. Además, engañaba a mis amigos para salir por este tipo de sitios en lugar de ir por los que frecuento normalmente. Nos encontramos gente de aspecto salvaje y muy pasados. Al principio flipé, pero ese proceso constituye lo más interesante de la carrera de un actor.
No tienes apenas escenas con los dos bombones de la película: Amaia Salamanca y Pilar Rubio. ¿Tienes esa espina clavada?
Con Pilar he hecho alguna, pero en las que nosotros salíamos y ella entraba. Con Amaia sí que no he trabajado. Seguro que en otra ocasión será.
¿Con quién te lo has pasado mejor a la hora de rodar?
Con todos. Muchas veces me sentía inseguro con lo que estaba haciendo y para mí ha sido muy importante tener compañeros agradables que me dieran una palmadita en la espalda y me hicieran pasar un buen rato.
Miguel Ángel Lamata habla de vosotros más como amigos que como actores, ¿sucedía lo mismos en la grabación?
No, rodando es un director duro. No se conforma con la primera toma que se hace y como tenga algo en la cabeza, no para hasta conseguirlo. Fuera del trabajo es una persona muy divertida e ingeniosa.
A lo largo de la película tienes escenas amorosas con el actor Samuel Miró, ¿las llevaste muy mal?
Han sido igual de complejas que el proceso de meterme en la piel de El Nardo. No ha habido una secuencia que haya dicho que es la que más me he costado. También he tenido este tipo de escenas con Salomé -Jiménez-. No es un buen rato. Es importante que tengas confianza con el director y también con tu compañero. Hay mucho pudor y nadie intenta aprovecharse del momento, todos lo pasamos igual de mal.
Tu personaje es el cantante de un grupo, ¿no te han entrado ganas de volver a la música?
Esas ganas las sigo teniendo, pero tendrá que llegar un proyecto que pueda compaginar con mi carrera de actor.
¿No lo descartas?
Lo descarto en un futuro cercano. En su día dejé ese mundo porque mi talento musical es limitado. Hago las cosas bien musicalmente porque le echo muchas horas. Me gusta cantar, sobre todo cuando lo haces ante miles de personas y, además, se gana más dinero. Pero no es mi vocación, desde pequeño siempre he querido ser actor. Creo que hay que ser coherente y soy consciente de que el éxito como cantante que tuve en España y luego en Europa, se debe principalmente a mi personaje dentro de “Un paso adelante”.
Este mes también has estrenado la tv movie “La piel azul, ¿por qué tiene tanto éxito este género?
Se hacen porque hay una ley que obliga a las cadenas a invertir en el 5% de sus beneficios en cine y también en tv movies. Para ellos son rentables y a los actores nos salen más papeles. Hay proyectos muy interesantes que tienen un presupuesto decente, aunque se le está quitando dinero al cine español. La buena acogida que están teniendo es porque es un trabajo muy bien hecho. En el caso de “La piel azul” el esfuerzo de todo el equipo ha sido espectacular.
¿Fue un rodaje muy duro?
Durísimo, pero también apasionante. Para mí ha sido una maravilla trabajar con Gonzalo Pérez Gallego -director de “La piel azul”- y con el director de fotografía, Pepe. Son dos de las mejores personas que he conocido en mis 17 años trabajando como actor.
De toda la historia que se cuenta, ¿cuáles son los hechos reales?
El tema de la escalerilla. Varias familias se han tirado al mar desde sus barcos sin poner la escalerilla para poder subir, y finalmente han muerto.
En la misma semana salen la recaudación que la película en taquilla y la audiencia del desenlace de la tv movie. ¿Te importan muchos este tipo de datos?
Desgraciadamente sí. Me gustaría mantenerme más al margen pero no puedo. Esas noches duermo mal y me levanto a las 8 de la mañana para ver el dato que hemos tenido. No me afecta personalmente, porque siempre me intento quedar con lo positivo del trabajo que he hecho, pero a veces me siento frustrado. Me da pena que una simple cifra pueda determinar si un proyecto sigue o no adelante.
¿Cómo se presenta el resto de 2010 con respecto al trabajo?
Después de verano llegará el remake de “Ben Hur”, en el que tengo un papel pequeño. Ha sido una experiencia maravillosa, algo que podré contar a mis nietos. También estreno el 3 de septiembre la superproducción “Lope de Vega”, con actores de la talla de Alberto Ammann, Leonor Watling o Pilar López de Ayala. Ahí interpreto a Tomás de Perrenot, el antagonista de Lope en la película.
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