Para ellos es un compañero más. Un inexperto trabajador que quiere entrar a formar parte de su equipo. Sirve mesas, recoge basura, elabora pizzas, entrega paquetes, ayuda en cocina, descarga muebles… Quiere aprender los secretos de la profesión y espera que sus colegas de trabajo le ayuden, le enseñen, le marquen sus errores o le animen ante sus aciertos. Lo que sus compañeros no saben es que tras la apariencia de “aprendiz” en realidad se esconde… El jefe infiltrado.
Reuniones de trabajo, comidas y viajes de negocio, asambleas, juntas, congresos, conferencias… Es el día a día de los jefes de las grandes empresas en nuestro país. Saben muy bien cuáles son sus objetivos, saben cómo conseguirlos, pero ¿conocen realmente los entresijos de las empresas que dirigen?
Para averiguarlo, los jefes cambiarán el traje de chaqueta por el mono de trabajo. Se infiltrarán en su empresa como un “nuevo trabajador” más. De esta manera, y aún a riesgo de ser descubiertos en cualquier momento, pasarán desapercibidos, trabajarán donde los empleados reciben órdenes de arriba sin conocer al que manda y verán lo que ocurre a sus espaldas. Una experiencia única no exenta de dificultades: ¿soportarán los jefes “empezar de cero” y no ser considerados importantes? ¿Estarán a la altura de las circunstancias cuando tengan que desempeñar los trabajos de más bajo rango?
Nadie sabe quien es el jefe
En el nuevo programa de laSexta, un jefe trabajará en su propia compañía bajo una identidad falsa para conocer “desde dentro” el verdadero funcionamiento de su empresa. Como si de un empleado más se tratase, y haciéndose pasar por aprendiz, a lo largo de esta secreta experiencia realizará los más diversos trabajos, desde los puestos menos cualificados hasta los más duros, fatigosos o embarazosos. A pesar del riesgo de ser descubierto en cualquier momento, trabajará codo con codo con sus empleados y, al final, tomará decisiones que les cambiarán la vida para siempre.
Recoger basura a pie de calle, repartir pizzas a domicilio, limpiar baños, ejercer en hora punta de pinche de cocina, hacer duras mudanzas, limpiar suelos, disfrazarse de muñeco promocional, hacer la pedicura a los clientes más difíciles… Estos serán algunos de los trabajos a los que harán frente los jefes. Son tareas que se encuentran lejos de sus despachos, menos cualificadas y peor pagadas, pero descubrirán que no cualquiera está preparado para hacerlas y que algunas resultan más complicadas de lo ellos desde su escritorio pensaban.
El jefe infiltrado es un retrato del mundo laboral de nuestro país a través de la experiencia personal de varios altos cargos directivos que deciden conocer el día a día de su empresa en toda su amplitud, haciendo hincapié en los trabajos de base más duros y complicados. Una combinación de aventura personal, experiencia empresarial y conocimiento mutuo que, a su fin, cambiará la vida de los empleados, la vida del jefe y el funcionamiento de las empresas.
Los jefes llegarán al límite y padecerán en primera persona las dificultades de ciertas tareas que, desde fuera, habían creído sencillas. Sufrirán agotamiento, trabajarán haciendo cosas que nunca imaginaron e incluso se sorprenderán ante su propia torpeza. Algunos serán expulsados de los puestos de trabajo por sus propios empleados, al no considerarlos lo suficientemente implicados con la empresa como para permanecer en ella.
De jefe a empleado
Sólo infiltrándose en sus propias empresas y trabajando bajo una identidad falsa, los jefes serán capaces de detectar los mejores valores de sus empleados, las peores prácticas, graves incidencias en algunas tareas o las dificultades a las que, con el mejor o el peor de los ánimos, se enfrentan sus trabajadores día a día.
En cada programa de El jefe infiltrado un alto directivo de una compañía abandona su despacho, su vida acomodada y sus rutinas para infiltrarse en su propia empresa y vivir el día a día de sus trabajadores, conocer el verdadero funcionamiento de ésta y descubrir lo que desde un despacho nunca puede ver. Desde la más absoluta honestidad, los jefes bajarán al barro, se desprenderán de sus propios prejuicios y trabajarán en las mismas condiciones en las que lo hacen quienes, aún sin saberlo, están a su cargo.
A lo largo del programa, las cámaras acompañarán al jefe “infiltrado”, que compartirá con sus empleados tareas, horas de trabajo, inquietudes y expectativas. Un contacto directo que, en ocasiones, incluso permitirán al jefe acceder a aspectos personales de las vidas de sus empleados que le pueden hacer cambiar su percepción sobre ellos.
Encontrará héroes anónimos, historias de superación y eficaces profesionales que traspasan sus propios límites físicos y mentales. Pero también descarados trabajadores o empleados que no comparten en absoluto la filosofía de la compañía. Asimismo, el jefe descubrirá aspectos de su empresa que desconocía: normas que no sirven, servicios mal gestionados, falta de comunicación… Tras la experiencia, el jefe tomará importantes decisiones que harán cambiar el rumbo de la empresa y de algunos de sus empleados.
Una transformación imprescindible y… una coartada
Uno de los grandes desafíos de El jefe infiltrado es la transformación física de los directivos. Colgar el traje y convertirse en otro completamente distinto será esencial para que sus propios trabajadores no lo descubran y el jefe pueda vivir la experiencia como un anónimo en su propia empresa.
En muchas ocasiones los jefes han visto en alguna ocasión a los empleados con los que va a trabajar. Hay que evitar ser descubiertos, por lo que el cambio de look es clave para evitar que el “experimento” termine siendo un fiasco.
La reacción de los jefes y sus familias ante la transformación será imprevisible. Algunos han mantenido el mismo look en los últimos 20 años, por lo que enfrentarse a un nuevo color de pelo, a la ausencia de bigote o a un peinado imposible no será nada fácil.
La sospecha y el miedo a ser descubierto siempre están presentes
Bajo una identidad falsa y una apariencia muy diferente a la habitual el jefe se infiltrará en su propia empresa, pero nadie puede asegurar que un trabajador no termine por reconocerle tras haberlo visto en alguna convención interna, en algún plan de formación o en alguna cena de Fin de año.
Además del sorprendente cambio de look, para poder realizar la experiencia, las cámaras de El jefe infiltrado se presentan a los empleados con una coartada diferente en cada capítulo. El equipo en ocasiones está grabando un reportaje sobre segundas oportunidades
La tensión de ser descubiertos acompañará siempre a los jefes. Y aunque la coartada funciona en la mayoría de los casos, no siempre los jefes podrán evitar ser desenmascarados. Otras veces, serán ellos mismos quienes se descubran para detener alguna situación antes de que se les vaya de las manos.
Fuera mascaras, el jefe se descubre
Al final de la experiencia llega el momento de quitarse la careta, apartar el disfraz y regresar al despacho del que salieron hace unos días y al que no volverán siendo los mismos. Los jefes convocarán en las oficinas centrales a los empleados que más les han impresionado para una reunión inolvidable. Los roles han cambiado y el que hasta ahora era simplemente un compañero de trabajo se descubre siendo EL JEFE.
Las decisiones
Tras la sorpresa inicial de los empleados, el jefe hace balance de sus días de trabajo, su experiencia y la intensidad de lo vivido. Tiene grandes decisiones que tomar, lo que provocará la felicidad de algunos, la angustia de otros e incluso el enfado de más de uno al descubrir el engaño.
Durante su experiencia, el jefe ha descubierto en su empresa profesionales que merecen ser recompensados pero en otros casos decidirá imponer un castigo. Sorpresa, tensión y emoción en el álgido desenlace del programa.
Aunque mantenga una perfecta relación con sus empleados más cercanos, en las grandes empresas hay multitud de trabajadores que para sus jefes de más alto rango no son más que nombres y números en una lista de recursos humanos.
Tras pasar por El jefe infiltrado muchos de ellos se convertirán en personas con nombre y apellido, con fuertes historias personales, con multitud de valores y también con problemas. El contacto directo con ellos en el puesto de trabajo y, en ocasiones, también con sus familias en su vida personal supondrá para los jefes una experiencia única e intensa que jamás podrán olvidar.
En su particular inmersión en las entrañas de sus empresas, los jefes sufrirán, se divertirán, pasarán momentos embarazosos, se agotarán, llorarán de emoción… pero también de angustia. Y junto a ellos, los empleados que inconscientemente, han formado parte de esta íntima experiencia y que ya no volverán a ser los mismos.
En el primer programa
Este jueves, en prime time, laSexta estrena el primer programa de El jefe infiltrado. Javier Navarro, director de Operaciones de Domino’s pizza se infiltra en su propia empresa para descubrir cómo funciona desde dentro ocupando diferentes cargos. El máximo responsable de la empresa retrocede 20 años para volver a empezar de cero.
Navarro empezó su carrera profesional como repartidor en una de las franquicias de Domino’s pizza. Ahora vuelve a sus comienzos para analizar el funcionamiento de la compañía que dirige. Repartidor de pedidos a domicilio, encargado de tienda, asistente de cocina y auxiliar son los puestos por los que pasa Navarro en el primer programa.
A pesar de ya haber desempeñado algunas de dichas funciones en sus inicios, el jefe descubrirá cómo ha cambiado todo 20 años después: conocerá a sus empleados de primera mano, descubrirá lo complicado que puede ser el día a día desde abajo y deberá afrontar los problemas y obstáculos desde su nuevo rol.
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