Gran Hermano concede a Kristian el deseo que pidió. El programa le da la oportunidad a él y a Sonia de pasar una velada íntima, con cena romántica y lo más importante… ¡Sin cámaras!
Pero ahora parece que el concursante está confuso, cree que por aceptar la oportunidad que le da «Gran Hermano» le pondrán una contraprestación y también piensa, que la organización quiere que tengan un lío.
Podría ser que la pareja no estuviera en su mejor momento. El «Pelocho» confesaba: «Me hizo la cobra dos veces, pero luego se lo hice yo, se quedó ahí esperando y le di el beso en la frente. Se ha acabado el juego, le dije, y me fui cabreado».
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