Juan Fernández es uno de esos actores veteranos que llenan la pantalla. A él le hace gracia eso de veterano, pero sí reconoce que lleva bastantes años dando el callo en el mundo de la interpretación.
Tiempo que le ha servido para saber diferenciar los trabajos buenos; y para él Tierra de Lobos lo es. Una de esas historias en las que merece la pena implicarse hasta el fondo. Bajo el sombrero de Antonio Lobo, este actor sevillano, es uno de los personajes clave de la gran apuesta de Telecinco para este otoño
Imagino que estarán contentos con la acogida del público.
Mucho. Contentos e ilusionados porque la gente nos ha dado una oportunidad, y se quiere quedar con nosotros. El primer capítulo es sólo una introducción a una historia que tiene mucho que ofrecer, y no defraudará.
Y el rodaje, ¿qué tal va?
Los días de grabación son duros. Trabajamos en doble unidad, repartidos entre plató y exteriores; todo a contrarreloj porque ya estamos en emisión. Vamos a empezar a grabar el décimo capítulo y todo apunta a que para finales de noviembre esté todo listo.
Duro y con bastante preparación a sus espaldas, ¿no?
Efectivamente (ríe). Grabamos en jornadas intensas bien haga frío, bien haga calor. Es un trabajo que requiere de esfuerzo y concentración, pero muy gratificante. No podemos relajarnos pero intentamos disfrutar de cada minuto. Teniendo en cuenta la gozada de montar en caballo, disfrutar de vestuarios y decorados tan fidedignos, y de tener a tus espaldas a un equipo tan bueno; la verdad es que no nos podemos quejar. Como bien dicen, «sarna con gusto no pica».
Es una historia que tiene bastante acción. ¡Anécdotas tendréis para escribir un libro!
Uf, imagínate. Desde caídas del caballo, hasta animales que han ido redondos al suelo por las altas temperaturas… Nos ha pasado de todo, es muy divertido la verdad.
A usted le ha tocado ser el malo. Entre Antonio Lobo y el conde de Lizana, en ‘Águila Roja’. ¿Es consciente de que su rostro puede ser uno de los más odiados durante este otoño?
(Ríe). Pues sí, la verdad que debo de tener cara de malo, que siempre me dan esos papeles. Yo no creo que Antonio Lobo sea un tipo tan cruel, sino que no es políticamente correcto. Él está acostumbrado a ser un dictador, por así decirlo, y está en pie de guerra. Aún así es un tipo muy interesante, no como el conde de Lizana que es más despiadado. ‘Lobo’ tiene sus puntos flacos. Todos tenemos a un malvado dentro, por eso siempre procuro humanizar a mis personajes.
¿Por qué Tierra de Lobos tiene que triunfar?
Es una serie que hacía tiempo que no se veía, que tiene todos los elementos que gustan al gran público. Lucha, acción, secretos, sexo… Una ficción atractiva, que además introduce muy bien el western. Estamos muy agradecidos a la cadena por su confianza, esto es un lujo.
¿Cómo se siente siendo el veterano entre tantas nuevas promesas?
Estupendamente. Me ha tocado ser el mayor. Ellos me piden consejo y aprenden de mí, y yo de ellos, claro. Somos buenos amigos, ante todo. Y muchos andaluces, por eso animo al público andaluz a que nos vea y apoyen.
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