Varsovia, 1939. Una compañía teatral ensaya cuando se ve sorprendida por la invasión nazi, y sus actores se acaban convirtiendo de forma involuntaria en miembros de la resistencia. Así discurre Ser o no ser, una adaptación del clásico de Lubitsch donde José Luis Gil da vida al intérprete polaco Joseph Tura. Aunque su popularidad se ha disparado por encarnar a Juan Cuesta en la serie Aquí no hay quien viva – ahora es Enrique Pastor en La que se avecina -, trabaja sobre el escenario y en la televisión desde su infancia. Hoy trae al Teatro Principal esta comedia dirigida por Álvaro Lavín.
¿Se siente cómodo en esta obra bajo el uniforme del coronel Ehrhardt?
No del todo, porque es el momento en el que mi personaje está suplantando la personalidad de un oficial nazi que invade Polonia. En la obra, debido a una lista negra que cae en manos equivocadas, los actores de esta compañía nos vemos obligados a hacernos pasar por otros personajes para salvar la vida. Son momentos muy tensos.
¿Resulta raro para un actor de teatro encarnar, valga la redundancia, a un actor de teatro, como hace en Ser o no ser?
Es curioso, porque es un mundo que no se conoce mucho desde dentro. En esta profesión pensamos que mostrar por dentro el mundo del teatro no termina de interesar al espectador. Pero con Ser o no ser hemos demostrado que no. Ha gustado mucho al público.
Protagonizar este clásico de Lubitsch supone una gran responsabilidad. ¿En qué se distingue su actuación de la de Jack Benny?
La función intenta ser un fiel reflejo de la película y transmite los mismos mensajes con los recursos y limitaciones del teatro. Pero no imitamos al cine al 100%, porque no valdría. Son maneras distintas de actuar. Ni Jack Benny ni Carole Lombard hubieran interpretado lo mismo si fuese para el teatro.
Nazismo, espionaje, Segunda Guerra Mundial&hellip ¿Qué tienen estos temas que siempre vuelven a la gran pantalla?
Se han hecho muchas películas sobre la Segunda Guerra Mundial, pero ésta se diferencia de todas, porque fue un relato premonitorio de la invasión de Hitler. Además, utiliza recursos cómicos e incluso de ‘vodevil’ que, combinados con la tensión, la hacen muy especial.
Es actor desde niño. ¿Recuerda su primer estreno?
Cómo no. Debuté con 11 años en el Teatro Español de Madrid con Las aventuras de Tom Sawyer. Me acuerdo perfectamente.
Es el presidente de vecinos más conocido de España. ¿Ha ejercido recientemente este cargo en la vida real?
Sí, pero mi comunidad es mucho más tranquila, con pocos vecinos y pocas ganas de lío. Pero tanto Aquí no hay quien viva como La que se avecina reflejan situaciones muy cercanas que ocurren habitualmente. Todo el mundo conoce a algún Juan Cuesta. Incluso hay administradores que nos dicen que la serie se queda corta comparándola con la vida real.
Coincide con Diego Martín (de Aquí no hay quien viva) en Ser o no ser. ¿Alguna trifulca vecinal en los camerinos?
Para nada (risas). Somos muy amigos, y hay muy buen rollo entre todo el reparto.
Ha doblado conocidas producciones como La vida de Brian o Braveheart. ¿Recuerda con especial cariño a algún personaje al que puso voz?
Han sido muchísimos años y actores. No podría elegir a uno en concreto.
También ha cedido su garganta a Buzz Lightyear en Toy Story 3.
Da gusto doblar a este muñeco que transmite emociones humanas. Me ha dado muchas satisfacciones.
¿Se siente más cómodo en una sala de doblaje que en la televisión?
Trabajo con ilusión cuando me gusta lo que tengo entre manos. He tenido mucha suerte hasta ahora, porque siempre interpreto papeles que me entusiasman. A veces uno se ve obligado a hacer cosas que no le gustan porque tiene que sobrevivir, aunque no es mi caso.
No te pierdas ninguna novedad sobre Mi Zona TV y síguenos en Facebook (haz clic aquí), Twitter (haz clic aquí) y suscríbete a las notificaciones de esta web para enterarte de las novedades más importantes totalmente gratis.