La Policía hace una redada en el prostíbulo en el que se encuentra Mauricio. La prostituta con la que está el hostelero no tiene papeles y, con la clausura del negocio, ella y sus compañeras se tienen que quedar en la calle, pero Mauricio las acoge. Chema intenta proporcionales un futuro mejor dándoles clases para que consigan el graduado escolar y encuentren otro trabajo mejor. El problema viene cuando el chulo es puesto en libertad y exige que las chicas vuelvan al club, algo que Chema no está dispuesto a permitir.
Luisma y Barajas leen en el periódico que se va a acabar el mundo. Chema les dice que se trata de prensa amarilla, pero éstos no terminan de convencerse y emprenden una investigación para averiguar si es verdad o no. Los amigos oyen a Fidel hablar de un eclipse de sol que va a tener lugar en los próximos días, algo que coincide con lo que han leído en el Apocalipsis de “La Santa Biblia” así que le piden a Dios una señal para asegurarse y, en ese mismo momento, se va la luz. Luisma y Barajas harán lo imposible para sobrevivir al inminente fin del mundo que parece que se avecina.
A Lorena se le caen unas bragas mientras está tendiendo a la ropa y van a parar a un chico guapísimo que resulta ser musulmán. Debido a su religión, el chico no puede tener relaciones hasta el matrimonio y Lorena no está dispuesta a pasar por eso. Cuando queda con él para dejar la relación, se entera que su padre trabaja en el mundo del petróleo y, atando cabos, llega a la conclusión de que es hijo de un rico jeque árabe. Lorena ve un filón en su nuevo novio así que decide continuar con él y accede a conocer a sus padres.
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