Emilio Aragón presentó en la decimoséptima edición del Festival de Cine de Málaga el largometraje ‘Una noche en el viejo México’, su segunda película como director. «Uno de los alegatos de la película es que nadie tiene derecho a decidir por nadie», afirma el director en exclusiva para Mi Zona TV.
Emilio es uno de los profesionales más polifacéticos y reconocidos en el panorama artístico y de la comunicación audiovisual en España. Su primera dirección fue ‘Pájaros de papel’ y ahora repite experiencia con ‘Una noche en el viejo México’, que estará en cines españoles a partir del 9 de mayo.
Una de las cosas que más le preocupaba era la dirección de actores en inglés: «Intenté atajar ese problema hablando previamente mucho con ellos para tener muy claro el perfil del personaje. Eso me permitió ir al set con más tranquilidad».
«Es complicado cuando ruedas un plano y quieres cambiar alguna cosa, pero no estás en tu idioma. En eso me ayudaron mucho», reconoce el director.
‘Una noche en el viejo México’ es una historia sobre la virtud de sobrevivir y el derecho de cada persona a elegir su propio final. Una aventura a golpe de carretera y tequila.
Forzado a abandonar su rancho y su tierra, Red Bovie (Robert Duvall) decide coger el coche y viajar hasta México en busca de aventura y diversión junto a su nieto Gally (Jeremy Irvine), al que acaba de conocer. Gally es un veinteañero perdido y vapuleado por el presente que se ha escapado de Nueva York en busca de sus raíces.
Abuelo y nieto —dos perfectos desconocidos— comienzan un viaje por sus respectivos sueños (los cumplidos, los olvidados, los aún deseados) con una febril parada en la noche mexicana donde conocen a Patty (Angie Cepeda), una stripper que encuentra en ellos la esperanza de una vida mejor. En su viaje se cruzará un personaje oscuro (Luis Tosar) que hará que sus vidas tomen un nuevo rumbo.
Emilio Aragón confiesa que «no sabía si llamar la película ‘Una noche en el viejo México’ o ‘Red Bovie'», ya que el personaje de Robert Duvall «tiene una fuerza que arrastra al resto de los personajes y es el que vertebra absolutamente todo».
En el guión que recibió todo se desarrollaba el 5 de mayo, que es el Día de la Independencia, por lo que «era muy particular». Sin embargo, Emilio propuso llevarlo al Día de los Muertos que también le daba otra connotación.
La primera idea era rodar la película en Nuevo México, pero «por cuestiones de presupuesto», decidieron localizarla en Austin y Brownsville. «Uno de los sitios que visité primero fue el cementerio y me llamó mucho la atención que las cuatro primeras tumbas que vi eran de españoles».
El director nos cuenta que el rodaje fue muy curioso con respecto a la localización y la gente del pueblo se volcó: «De alguna manera convertimos las calles en nuestro decorado».
Una de las anécdotas que destaca es que una bala dio directamente en la fachada de un hotel abandonado, situado a 80 metros, mientras lo estaban pintando.
«Rodar un interior con el aire acondicionado apagado en una cantina y con 40 grados fuera, era insoportable. Me impresionaba la buena actitud de los actores», explica Emilio.
Robert Duvall siempre estuvo enamorado de su personaje: «No solamente se sabía el guión al derecho y al revés, sino que se acordaba incluso de frases de otras versiones del guión». También asegura que «es un maestro en colocar frases irónicas en momentos dramáticos».
Por otro lado, destaca la mano de Pepe Salcedo en el montaje. «En esta película hay una línea muy delgada entre la comedia y el drama, y este pulso hay que dominarlo muy bien».
Emilio Aragón está muy satisfecho con el trabajo de su actor protagonista y cree que puede llevarse algún premio. «Honestamente yo no me quiero adelantar, pero de cara a los Oscars del año que viene, creo que Duvall tiene muchas papeletas», declara. Además, reconoce que ha aprendido mucho de él: «En esta profesión no dejas de aprender y creo que eso es una de las cosas más bonitas».
La reacción del público al ver la película le ha sorprendido bastante. «Me he llevado la agradable sorpresa de que había sitios donde yo pensaba que la gente iba a tener una sonrisa y luego ha sido carcajada. Hemos conseguido el objetivo doblemente«.
Actualmente tiene un par de guiones encima de la mesa y si todo sale bien, uno de ellos podría llevarse a cabo a principios del año que viene por primavera. «He recibido un par de bocetos para un par de guiones, que uno sería en Chile y otro en Estados Unidos, pero ahora me gustaría mucho hacer un guión mío«.
Respecto a la idea de volver a América, no descarta nada, porque «si es un guión bueno, me da exactamente igual donde sea. Lo único que cambia es la jerarquía del equipo».
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