Ya recuperada (tanto de un esguince como de la experiencia religiosa que supuso el primer episodio, xD) para narrar la segunda parte de este bodrio esta superproducción que, supuestamente, retrata el noviazgo de los principes. Esperemos que no sea muy fiable porque si no… Qué miedito que el psico-príncipe pueda gobernar, jarl.
El desenlace comienza con Leti y su churri haciendo gimnasia. Si ya en el anterior esperaba que Hugo y Mimosín de El internado aparecieran luchando (por las clases de kárate, se entiende), en este me esperaba a Rocky. Mi gozo en un pozo, por supuesto, nada de nada. Ju…
Después del súper momento gimnasta, los tórtolos comentan la cena de la noche anterior (si no tenéis ni idea de qué hablo, pasaos por la entrega anterior). Felipín, habitante de La aldea del Arce, se muestra de lo más optimista, no así Leti, bastante más realista. Nuestro moñas particular, es decir, el príncipe Felipín cuelga porque su señora madre aparece para comunicarle que van a desayunar juntos. Pero, claro, son la familia real, es decir, no se conforman con unas magdalenas Martínez y un Nesquik-Colacao, no, por favor, organizan ahí un banquete tal que sólo falta Lumiere cantando el «Qué festín», xD.
Pero, oh, más drama: los reyes se oponen al matrimonio de Felipín con Leti. NOOOOOOOO… ¿Ha resultado creíble lo sumamente afectada que estoy? xD.
Clichés por doquier: qué dirán, confiad en mí, etc. Felipín hace una salida dramática cual quinceañero enfurruñado y la reina hace el típico: te lo dije. Mientras tanto, Leti está a punto de empezar el telediario con el Sex Bomb de Urdazi (nop, no se me va a olvidar nunca ese vídeo) que fue cuando él dijo lo de ce-ce-o-o (y no, no es una canción de Phineas y Ferb, xD). Los tortolitos hablan por teléfono declarándose por ¿milésima? vez su amor. Espero que no viera la serie ningún diabético; si es así… Temo por ellos.
La reina conversa con una amiga sobre el tema central: ¿casarse por amor o por obligación? Y venga perico al torno. Menos mal que es una mini-serie y no una serie porque no salen de eso, ¿eh?
Los tórtolos compartiendo conversaciones cursis sobre pájaros, escapar… Muy original todo, lo dicho. Por cierto, están en una piscina y el príncipe se tira con camiseta y otro… Ajá, sí… ¿Quién se tira en su piscina con camiseta? ¿Qué pasa, que junto a la corona va la promesa de bañarse con camiseta o que no querían enseñar el pechamen de Fernando Gil? En serio, el tema me llama poderosamente la intención, ¿eh?
Los reyes (una vez más frente a un croma… Y digo yo si queda taaaaaan sumamente cutre, ¿no les puedes poner hablando en su salón y evitas el ridículo?) comentan que Los tórtolos van a cenar con Cristina y Undargarín. En la cena, Cristina explica que las reinas del mundo se unen para acordar cosas como el matrimonio de los hijos, qué programa de la mañana mirar, cuál va a ser la próxima portada de AR… Ya sabéis, cosas de reinas. En la cena, por cierto, Leti sufre un ataque de pánico, ¿cómo no si su churri se baña en camiseta?
Después, los padres de Leti se le presentan en su casa para comentar la jugada. Flipan. Más dudas sobre el ser ella misma o no por ser princesa. Por el contrario, Felipín está paseando en caballo… Tranquis, que no se pone a cantar Eres tú. Además está con su otra hermana (¿Gelen? xDD, me parto) que comenta que está mal con Marichalar… Seguro que la camiseta de baño que usaba era MUY hortera.
Leti, entonces, se va de cena con las amigas, pero el príncipe es un petardo de cojones y se le presenta ahí… Otra vez. ¿Pero quieres dejarla en paz, pedazo de baboso? Déjala salir con sus amigas, hombre. Leti se ofende, pero no porque sea un cansino que la va persiguiendo, sino porque ha empezado a filtrar la noticia. Ajá, sí… Me hace gracia que la familia y tal sean un problema, pero Felipe no. Juer, seré muy rara, pero no podría soportar tal marcaje, ¿eh? Bueeno, pero como son perfectos y tal hacen las paces y cenan en público, por lo que al día siguiente son noticia (aunque no se dan nombres) y ella se agobia porque todos la miran y tal. Sex bomb la vacila al mismo tiempo que se pone en portera mode on y se queja por no poder dar la noticia, pero en plan pedante («esto es el suplicio del tártaro» dice el tío, claaaaro todos hablamos así en el día a día).
Breve aparición del señor Cuesta (T__T me duele verle ahí, seriosly) para informar a la reina de que Felipín le ha pedido un grupo de escoltas a Leti. ¿Veis? ¡¡Es un psicópata agobiante!! Me hace gracia que tendrá treinta tacos y su madre le echa la bronca como si tuviera diez en plan: no me has pedido permiso, has sido malo, malo.
Después de una escena importantísima donde las haya (vamos, que Leti conoce a sus escoltas que no acceden a tutearla, vamos, menudo golpe de efecto, qué giro de guión tan asombroso…), los reyes hablan (de nuevo delante de un croma, qué afición) sobre los deberes de un rey, lo difícil que es, bla, bla.
El acosador, digooo, Felipín se presenta en casa de Leti para pasar un finde romántico con ella, que para él va a resultar de lo más exótico porque decide quedarse ahí. Por más que cite que ha compartido habitación o tienda de campaña, está claro que va a ser toda una experiencia para el muchacho que no sabe ni hacer pasta. ¿Qué estudiante que se precie no sabe preparar pasta con tomate, eh? Lo peor de todo es que piden pizza, pero la pagan los escoltas. Cutreees. Todo va viento en popa, más bonito y perfecto que el día en que Hello Kitty fue a visitar a la coneja de La Aldea del Arce, hasta que, oh, problemas, ha habido un aviso de atentado y se llevan a ambos a palacio. No es por ser cruel, en serio, pero… ¿Está gente no ha aprendido de los Romanov?
Entonces el guión da otro giro alucinante… Ay, no, que me he colado: Leti está aterrada y agobiada por lo sucedido (y van…) por lo que coge el coche y se pira a Asturias. El príncipe, cómo no, está informado de todo… Muy creepy todo y la llama para decirle cosas como «tu casa soy yo». Creepy, pero creepy de cojones. ¿Ya no puede ni ir a ver a sus padres o qué?
El rey y el príncipe discuten sobre Leti… Again. Lo curioso del caso es que parece que están discutiendo sobre la nueva versión del Windows: funcionará, sí, no, seguro que es una mierda como el Vista, etc. Felipín da un ultimatum: o aceptan a Leti o abandona la casa de GH manda todo a paseo. El rey dice que vale, que abdique, seguro que con Froilán les irá mejor… Vaaale, eso no lo dice, pero seguro que lo piensa 😉 xDD. La reina acaba concertando una cita con Leti para hablar del tema. Muy profundo todo. Leti ya sufre un Síndrome de Estocolmo del copón y dice que hará cualquier cosa que el otro le pida, que confía en él, que le admira y demás. ¿Y qué hace nuestra intrépida heroína después de tamaña declaración de intenciones? No lo penséis mucho: se pone a planchar, toma glamour.
El principín emulando a mi adorado Mimosín en clase de kárate acaba en el suelo, aparece el perro de Scottex y le lame la cara, muy tierno todo, sobre todo cuando aparece la reina y da el visto bueno a Leti, aunque le pide que le pida perdón al rey. Nuestro príncipe-psicópata lo hace (eh, un coche parado y sin croma, coño, qué novedad), el rey se pone a dar vueltas alrededor del coche (estarán haciendo propanda… ¿no?) y, al final, accede, aunque por el camino dice que pasó por encima de su padre y que le machacó la patata, vamos. Qué potito todo.
Total, que entre padre e hijo deciden la vida de Leti: dejará su trabajo, su casa, irá a vivir a la casa de invitados (vamos, la de Felipe) y se casarán echando hostias.
En el último telediario de Leti (cosa que a mí me suena fatal), ella y Sex bomb se despiden. Yo me quedo con las ganas de verle bailar sobre la mesa, ¡cachis! Y, por cierto, ¿dónde está Peñafiel, eh? ¡Yo quería verlo! De hecho, en mi imaginación estaba en una habitación empapelada de fotografías del príncipe haciéndole vudú a una muñeca de Leti.
Leti se muda a palacio y anuncian por la tele la boda de manera muy, muy adornada y bastante hipócrita, todo sea dicho. Tiempo después, los medios van a palacio y Felipe no quiere tener cara de muy enamorado. WTF? ¿Se puede ser más cursi que este hombre? No sé si lo tiene o no porque la rueda de prensa o lo que sea se ve en unos segundos, después la reina habla con Leti para decirle que no es periodista, sino una noticia.
El rey y la reina se ponen a preparar la boda para más de mil invitados. El verlos mano a mano situando a gente en las mesas, me resulta de lo más surrealista. Por el camino, también vemos el discurso de Navidad… Y, lo siento, pero es que es sólo oírlo y recordar a Manel Fuentes haciendo el pavo imitándole, xD.
Aprovechan para tocar el tema del 11M y como lo vivieron ellos.
Tiempo después y de nuevo frente a un croma (que afición la de esta familia, ¿no podían pasear por la calle como la gente normal? xD) Leti y la reina conversan sobre las mentiras que inventa la prensa y tal. El tiempo va pasando y se hacen amigüitas, mientras le diseñan el vestido de novia a Leti.
Y ya para rematar este peliculón de tarde de domingo llega la boda. Y vosotros diréis: grabarían la boda, tirarían la casa por la ventana… Pues no. Se ve al rey vestirse, al rey dándole consejos a su hijo y diciéndole lo guapo que es (WTF?), como Leti se viste, mientras se queja del día que hace. Entonces vemos un mix de momentos de los tórtolos, mientras le ponen la corona. Vamos, que ni en una peli de princesas Disney, ¿eh? Luego tiran de imágenes de archivo durante los créditos y… Fin. Vamos, que se proponen ser más cutres y no lo logran.
Bueno, pues eso ha sido todo por mi parte. Espero que os hayáis divertido con esta chorrada y espero volver a veros 🙂
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