¿En qué consiste ‘Museo Coconut’?
‘Museo Coconut’ es una sit com. Nos hemos pasado a este género porque nos parecía que, después de ocho años haciendo lo mismo, se iba a notar (risas). Es una sit com tradicional y está centrada en un museo de arte moderno, con toda la fauna que hay por allí pasando. Tenemos personajes fijos y ahora a ver qué tal nos desenvolvemos con ellos.
¿Por qué en un museo?
Porque no se parecía a nada de lo que hay actualmente. Y, además, como la mayoría somos de Bellas Artes pues estamos relacionados con el mundillo del arte moderno y sabemos que es lo suficientemente ridículo como para hacer una serie. Se presta a que se den situaciones con mucho juego.
Háblanos de tu papel…
Yo hago dos personajes. Uno de ellos es Miss Coconut, la dueña del museo. Es una especie de Baronesa Thyssen, una heredera de una gran fortuna en arte. El otro personaje es Rosario que, pese a su nombre, en realidad es un hombre, concretamente, el guía del museo. Los niños cuando van de excursión al museo con el colegio se ríen de él porque tiene nombre de mujer.
¿Es complicado interpretar a dos personajes diferentes?
Bueno, supongo que si tuviera una técnica depurada como Bardem, sí. Pero en mi caso, que todo cambia en función de la peluca que me ponga, tampoco tiene mayor complicación.
¿Cuál es tu museo favorito? ¿Qué museo te gustaría visitar?
Pues a mí me gustó mucho el MOMA, probablemente el que más. Y, también, el Museo del Jamón. Me gustaría visitar la casa de José Luis Moreno, porque por las fotos que he visto es como un museo.
¿Cuál va a ser la principal obra de arte de Museo Coconut?
Pues sin duda alguna yo y, por extensión, todos los que me rodean. Porque realmente el museo en sí, en la ficción, creo recordar que no tiene ninguna obra de arte reconocible que aparezca en todos los capítulos, sino que son exposiciones que van cambiando. Entonces si tengo que quedarme con una obra, sin duda sería yo.
Si fueses un cuadro ¿con cuál te identificarías?
Si fuese un cuadro sería el de Los Relojes Blandos de Dalí porque una vez cuando era pequeño mis padres me regalaron un reloj de plástico y me lo puse en la muñeca y, con el calor de la playa, se fundió, provocándome quemaduras. Creo que el cuadro de Los Relojes Blandos era profético.
Ya que va a haber cameos, ¿quién te gustaría que saliera?
Me encantaría tener el cameo de Paris Hilton, Nana Mouskouri y el matrimonio Curie. Estos van a ser más difíciles, creo que están muertos (risas).
¿Cuáles van a ser las tres gracias de ‘Museo Coconut’?
Si sólo tenemos tres iremos fatal. Vale que, aferrados al estilo del post-humor, nos excusamos en que no hay que reírse a carcajadas para disfrutar de nosotros, pero vamos si sólo hay tres gracias en toda la serie… mal asunto.
¿Qué personaje pinta ser el más divertido?
El de Raúl Cimas tiene muy buena pinta, que es el director del Museo. Pero estas cosas, nunca sabes por dónde van a salir. El suyo pinta francamente bien porque ha recogido a otro personaje que hacía, un director de teatro, y aquí es un poco lo mismo. Es un pobre hombre que se da aires y que cree merecerse lo que tiene pero, sin embargo, es un cutre y un tipo bastante ignorante. Y, por alguna extraña razón, a Raúl estos personajes se le dan muy bien y lo está bordando.
¿Qué te parece la apuesta de antena 3 por Neox y su continua subida de audiencia?
La apuesta de Antena 3 por Neox me parece muy bien ya que ha apostado por nosotros, que vamos a estar allí. O sea, que siga subiendo de audiencia y que sigan apostando porque, además, me quiero ir a vivir al centro (risas).
¿Qué supone tener público en la grabación?
Pues te pone muy nervioso el hecho de no poder repetir y si la cagas, cosa que antes hacíamos con mucha entereza, pues aquí vas a tener un jurado en directo que es el público. Y, el tenerse que aprender parrafadas enormes que antes no hacíamos, porque podías cortar y retomar, es una cosa que le añade un puntito de peligro a las grabaciones.
¿Cómo enfrentarías que en una escena no se riese nadie?
Pues lo enfrentaría fatal. Sobre todo si es una escena hecha para que se ría alguien. Yo simplemente me excusaría diciendo “Este chiste no lo he escrito yo”, “La culpa es de Ernesto, que no sabe dirigirnos” o “Yo ya advertí que esto no funcionaba”. Saldría con alguna de esas.
Y finalmente, ¿qué pintor sería perfecto para retratar a Joaquín Reyes?
El pintor que mejor me retrataría sería Seurat porque el puntillismo siempre me ha sentado muy bien. El puntillismo me favorece mucho.
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