Belén gana ¡Más que baile!

Como imploraban los miles de bailones que han votado a Belén cada semana a lo largo de estas 15 galas desde su salón, Esteban ha ganado. El premio del jurado se lo ha llevado Edurne.

Como imploraban los miles de bailones que han votado a Belén cada semana a lo largo de estas 15 galas desde su salón, Esteban ha ganado. El premio del jurado se lo ha llevado Edurne, la mejor bailarina según los profesionales y la propia Belén, pero carente del carisma necesario para llevarse de calle a la audiencia. La estrella de San Blas ha explotado en júbilo: «¡Dios, dios, dios, no me lo creo!. ¡Gracias!. Este sobre lo voy a guardar como oro en paño».

La victoria de Esteban no ha sido precisamente celebrada por sus compañeros sobre el escenario, pero ella tenía a los suyos en un lateral del plató y, tras tirarse al suelo presa de la emoción del momento, ha corrido a abrazarlos. «¡Bien, bien, no me lo creo!», ha repetido

Tras el subidón, unas palabras a cámara: «Yo solamente he querido ganar por mi ONG (Hostital San Rafael, para una unidas de niños que son muy especiales) y gracias a Dios lo he conseguido, por mi y por todos ustedes. ¡Dios, dios, dios, no me lo creo!. ¡Gracias!», ha repetido Belén.

El premio del jurado

El premio del jurado se lo ha llevado Edurne, que ha corrido sin embargo a besar a los artífices de su galardón. Santi Roríguez, Víctor Ullate, Joana Subirana, Aída Gómes y Boris Izaguirre la recibían con los brazos abiertos y un gesto de resignación latente, sabedores de que nada puede hacerse contra el poder de la mayoría. Sus 25.000 euros, para los discapacitados de la Asociación Apascobi.

Duelo de damas

El esperado desenlace sucedía después de conocer que Janeiro era el tercer finalista, es decir, el menos votado por la audiencia de la final. Belén y Edurne, estrellas de esta edición de ‘¡MQB!’, han tenido que batirse en un duelo muy singular: Al mismo tiempo, ambas han bailado a ritmo de chachachá el tema ‘You are simply the best’.

Tal y como insinúa el dicho y ha dejado claro la pantalla partida y simultánea… las comparaciones pueden resultar odiosas. Tras un minuto de contoneos y sonrisas por parte de Edurne y gesto de circunstancias y cadera tirando a metálica por parte de Belén, las dos Españas recibían su premio. Una, al talento. La otra, al carisma.

Tras ese momento poco menos que indescriptible, que pasará a la historia de la televisión, Esteban pedía hablar con mucha guasa: «Ya la he dicho a Edurne al salir que la iba a dar un empujón y me arrepiento de no haberlo hecho», ha bromeado. «Sé que Edurne es la mejor, lo sé, esto es a lo que me refería con las 10 diferencias, que me salen 52», ha añadido, para regocijo del plató.

¿Sonrisa maliciosa?

También se habían reído en los minutos previos, gracias a otro momentazo del genio y figura Esteban que seguro da la vuelta a los programas de la próxima semana. Cuando Pilar Rubio leía de su tarjeta el nombre de Víctor Janeiro, concursante que no disputaría la final de dos, Belén ha sonreído.

A continuación se sonrojaba y pedía hablar: «No, no, por favor, lo siento, he sonreído porque creí que pasaba a la final no porque me alegre de que esté descalificado», ha explicado.

Janeiro se lo ha tomado deportivamente. «Los 15.000 euros irán para la hermana María, para los chiquillos de la India, a ver si podemos cuidarlos entre todos», ha anunciado.

Armisticio con el jurado

También para el jurado ha tenido Esteban unas palabras que hacían presagiar una ‘Entente Cordiale’: «Sé que mis maneras me pierden, pero si os he faltado al respeto en algún momento, lo siento. Quiero decir que Edurne y Víctor son para mi los ganadores, pero que me encanta estar aquí, por lo menos estoy en una final en mi vida, sea la que sea».

Se acaban así 15 galas llenas de ensayos, sudor y lágrimas en las que, por primera vez en su historia, el concurso ha tenido que cambiar las reglas internas para escuchar el clamor popular. El mismo que ha aupado a Belén cada semana como una ganadora democrática y un fenómeno social. Desde mediados de esta edición, ha habido por tanto dos ‘favoritos’ por gala, la elegida por el jurado en función de su talento rítmico y la elegida por los hogares españoles.

«Me pongo muy nerviosa y se me pone una cosa en el estómago que no se me va hasta que me bajo del escenario», ha confesado Esteban. Carmen Lomana, de visita en la final con una coreografía disco, ha tirado la piedra sin esconder la mano: «Yo el próximo año, quiero estar en el jurado».

Telecinco

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