A lomos de un caballo, desenfundando su pistola y con sombrero vaquero. Así veremos a Álex García (‘Sin tetas no hay paraíso’) en ‘Tierra de lobos’, la nueva serie de Telecinco (el miércoles a las 22:30 h). Álex es uno de los guapos ‘oficiales’ del panorama televisivo y además, podemos asegurar, que es tímido, encantador y muy seductor. Qué.es ha charlado con él antes del estreno de la serie.
Explícanos un poco cómo es tu personaje, César Bravo
César Bravo es el hermano mayor de los hermanos y empezará con un atraco fallido, ellos nunca habían fallado en un atraco, y encima muere su amigo y muere gente inocente. Eso le marca mucho desde principio de temporada hasta el final, ya que se plantea cambiar.
Tiene un hermano al que cuidar (Junio Valverde), no tiene más familia y ha visto que ha peligrado la vida de los dos y la nobleza y sus valores se ponen a prueba en el primer capítulo. Quiere ir por el buen camino y tendrá a su hermano, que se ve desde la primera secuencia, que es un bala perdida, como contrapunto. Es una persona a la que quiere con locura, lo único que le queda, pero su actitud de vida le puede llevar a situaciones como la del atraco.
¿Cómo ha sido meterse en la piel de un forajido?
Muy divertido. Tenía un poco de miedo porque es algo tan nuevo, tanto para mí como para la ficción española, que aunque suene a tópico, era un reto de verdad. Yo decía ‘dios mío, esto hay que hacerlo muy en serio para que no quede una comedia tipo ‘Torrente’. Esos momentos que se ríen y dices ‘no, no, si era en serio’. La serie tiene mucho ritmo, pero solo podíamos enseñar esto.
Y el tema de los caballos y las escenas de riesgo, ¿te has preparado mucho?
¿Os lo habéis creído, no? Parece que estamos ahí a caballo de verdad (risas). Éramos nosotros, sí. Hemos estado un mes antes de empezar la serie yendo a montar a caballo a una finca y con Carreño, que aparte de especialista nos enseñó a montar a caballo, Pedro, un caballista de toda la vida que nos enseñaba no a montar y no caer, sino a montar bien. Han sido muchas agujetas, muchos dolores, pero un placer, ahora estamos enganchados completamente a los caballos.
¿Y tú que tienes de forajido?
La aventura. Me gusta vivir solo, la independencia, buscarme la vida yo solo y lucharme cada cosa que tengo para mí. En eso coincido mucho. Intento sacar en este personaje mi aspiración a tener valores en esta vida y a ser una persona noble, aprender de César Bravo también.
En el primer capítulo ya te vemos enseñando el torso, carnaza. Y nos ha gustado mucho… (risas)
No me gusta nada vender carne, pero no es el caso. Aunque se entiende en la ficción que las escenas en las que se quita la ropa es por algo, en una por una herida enorme y en otra por el calor que hace. No vas a bajar a un pozo vestido. Además, hacía mucho calor así que si me decían que me quitara la camisa, me la quitaba encantado porque sino me iba a asar. El torso al descubierto funciona muy bien, yo no estoy muy por la labor. Pero si está justificado, pues se hace.
¿Te asusta un poco la repercusión que pueda tener?
Noooo, por qué me va a asustar. Me asustaba cuando tenía que violar a mi mujer en ‘Amar en tiempos revueltos’ y las señoras me pegaban por la calle, pero aquí, un tío soltero como yo… pues imagínate.
¿Cómo te tomas el tema de las fans?
Con mucho cariño. La gente es muy respetuosa, te hace comentarios de tu trabajo, te anima y en una profesión tan difícil como es esta, es completamente necesario. Siempre digo que ahora los fans son muy respetuosos y yo… encantado.
Háblanos de la historia de amor, de ese flechazo con el personaje de Silvia Alonso.
Se ve que Almudena (Silvia Alonso) es maravillosa, tiene mucha luz, mucha pureza, y lo que le ocurre a César Bravo es que el pozo oscuro en el que está metido en el primer capítulo, se encuentra una chica que le vuelve a hacer sonreír, lo que nos pasa a todos cuando nos enamoramos. De repente le está cosiendo y dice ‘esta chica tan atrevida de dónde ha salido, que parecía que ni me dolía’. De hecho, la herida estaba muy bien hecha y había que meter muy bien la aguja, y en la escena me clavó la aguja, te lo juro, y yo ‘aaaaahhhhh’. Había mucha intensidad entre los dos y no estábamos pensando en eso y además, los Bravo están preparados para el dolor (risas).
¿Físicamente has tenido que prepararte, ir al gimnasio?
Algo me he preparado. Igualmente, el año pasado era el campeón de España de boxeo en ‘Amar en tiempos revueltos’ y eso quieras que no ya me hizo estar en forma, dejó huella. Aquí me preparé con un entrenador pero no de gimnasio, sino ejercicios que tuvieran que ver con la época de la serie, ejercicios reales para estar preparado para las peleas. Cuándo llega César Bravo tienen que temblar el resto, y yo tenía que dar eso. Sobre todo, que tuviera una apariencia de un tío de campo que puede levantar lo que haga falta.
Y cuando te ves así ¿no te obsesionas un poco con tu cuerpo?
Con el tema de ejercicio, no, con el de la interpretación, sí. Hay mucha gente detrás que se ocupa de que todo salga bien, de ponernos la ropa… yo me olvido.
¿Pero tienes algún complejo?
No tengo ningún problema. Lo físico se moldea como uno quiere. Cuando hice de ‘el Moreno’, que era un heroinómano intenté adelgazar todo lo que pude. Ves esa imagen y esta y he cambiado mucho.
¿Qué tal el ‘feeling’ con el resto de los actores?
Ya nos has visto. No nos conocíamos, sólo a María Castro de ‘Sin tetas’, pero con Junio y Silvia, que es con quien más estoy (encima somos vecinos en Madrid) nos llevamos muy bien, me han transmitido su energía, porque ellos son más jóvenes, ellos tienen 20 años y a mí me ha venido muy bien porque lo cojo con más ilusión.
Cuando te has quitado la camiseta se ha oído un ‘guauuu’. ¿Tú que sientes?
Yo soy muy tímido. Me gusta que me digan que soy guapo, pero me corto.
Podrías ser un nuevo ‘Duque’….
Para nada, esto es un western. Nada. Esas cosas ocurren eventualmente. Dependen de la persona, de la cadena, de lo que sea. Estaría preparado, llevo diez años trabajando en esto, hice series como ‘Compañeros’, la gente me paraba por la calle y la gente antes era mucho más bruta y te endiosaban en un momento. Y luego me volvía a los cafés teatro. Por lo que sé que son cosas eventuales. Si ocurre, genial porque la gente es maravillosa, pierdes algo de intimidad pero haber elegido susto (risas).
¿De pequeño te gustaban las pelis de vaqueros?
Me encantaban. Por eso ha sido muy peligroso que me dieran este papel porque yo quería hacer todo, y afortunadamente confían mucho en Junio y en mí a la hora de hacer escenas de acción. Me lo estoy pasando muy bien, me están pegando un montón, nos subimos a caballo y hacemos galopadas, me llevo las pistolas a casa y practico… (Risas cuando hace el gesto de desenfundar la pistola).
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