Sinopsis del capítulo 8×11 de Los hombres de Paco: «Ojito avizor»

Paco y sus hombres tienden una trampa a Satán en un hospital para atraparle. Lis hará de cebo, custodiada por Aitor. Don Lorenzo presenta su dimisión y pide a los demás que sigan su ejemplo.

Don Lorenzo anuncia que va a presentar su dimisión como Comisario, tras ver las consecuencias que está teniendo el caso del caníbal satánico en todos ellos, y quiere que todos sigan su ejemplo. Paco reúne a todos y reconoce que él también ha tocado fondo y que sabe que probablemente morirá, pero que no está dispuesto a dejar de luchar hasta acabar con el demonio.

La prensa se ha hecho eco de la muerte de la novicia, la cuarta víctima de Satán. Tras analizar el cadáver, Deker descubre que el asesino no mató a la monja, sino que la puso en los bajos del coche para que muriese desangrada. Reyes propone tenderle una trampa a Satán anunciando a los medios de comunicación que la novicia sobrevivió y que está bajo vigilancia en un hospital.

Lis, que hará de cebo en la habitación del hospital, aprovechará la situación para demostrarle a Aitor que están destinados a estar juntos, a pesar de que esté saliendo con su madre.

Amaia todavía no está recuperada tras recibir un disparo, pero se da el alta del hospital ella misma para poder ir a su casa porque sabe que es el único lugar donde podrá encontrarse con Blackman. Ella sigue convencida de que es el amor de su vida a pesar de que sea el culpable de que su herida de bala.

Rita se siente avergonzada de que sus compañeros la descubriesen con Curtis en un momento íntimo de pasión. Curtis le reprocha que parezca que sea de él de quien se avergüenza. Cuando están discutiendo en la sala de tiro, Rita dispara y le provoca una sordera temporal.

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