Ranking en serie: 15 muertes impactantes en la historia de la televisión española

Chanquete, Fermín, Pepa, Silvia, Victoria... vamos a recordarlas todas ellas.

Sería muy difícil encontrar una serie en la que no fallezca por lo menos uno de los personajes principales, ya sea porque el actor que lo interpretaba quiso abandonar la ficción, para escribir una trama impactante en el último episodio de la serie, o porque la idea original que los creadores tenían respecto a ese personaje varió con el transcurso de las temporadas y decidieron suprimirlo… en cualquiera de los tres casos duele igual ¿A alguien le parece que exageramos? Sólo hace falta entrar en alguno de los foros dedicados a ficciones televisivas que hay en internet. Lágrimas, quejas, amenazas de no volver a ver dicha serie, plataformas pidiendo la «resurrección del personaje», y hasta insultos hacia los guionistas.

Hay quien vive las series con verdadera pasión, pero lo cierto es que a todos en algún momento nos ha parecido innecesaria la muerte de un personaje de ficción. En otras, la escena en cuestión ha logrado empañarnos un poco (¡Sólo un poco!) los ojos, porque se quiera que no dos años, tres, cinco o incluso seis meses viendo cada día/semana los mismos rostros en la pantalla del televisor hace que se les coja simpatía… o puede que algo más.

Como es imposible recordarlas todas, hemos hecho un recuento de las que para nosotros han sido las 15 muertes más impactantes de la historia de la televisión española, las que provocaron más desazón, incredulidad e incluso rabia en el espectador, acompañadas de sus respectivos vídeos para que volváis a revivir esos sentimientos. Sabemos que faltan varias pero como decíamos, se trataba de un ránking de 15, así que hemos tenido que descartar unas y seleccionar otras.

1. Chanquete (Verano azul): Chanquete ha muerto

Fue la primera muerte televisiva sonada, aquella que se produjo cuando en España sólo se veían dos canales de televisión, y que llegó a ser incluso portada de diarios y revistas.

‘Verano azul’ narraba la historia de un grupo de chicos de diferentes edades que se conocían un verano mientras pasaban sus vacaciones en Nerja. Enseguida nacía entre ellos una profunda complicidad a la que se sumaban Julia, una pintora treintañera, y Chanquete, un viejo marinero que vivía a bordo de un barco llamado La Dorada y que con su sencillez, sabiduría y generosidad lograba ganarse el cariño de todos los protagonistas.

Aunque el pescador siempre había dado la impresión de gozar de buena salud, en el penúltimo capítulo de la serie se supo que padecía del corazón, motivo por el que falleció en La Dorada unos días más tarde, solo y sin más compañía que sus recuerdos. Aún así el pueblo entero sintió su defunción, especialmente Julia y la pandilla. La pintora protagonizó tras el entierro de Chanquete una de las escenas de duelo más realistas de la televisión, sin contar que fue ella quien tuvo que explicarle al más pequeño del grupo qué era la muerte y responder a sus preguntas mientras luchaba contra el llanto.

Por su parte los adolescentes se enfrentaron por primera vez a la pérdida de un ser querido, igual que les ocurrió a los muchos niños que, desde sus casas, seguían la serie semana a semana y veían en el marinero a una especie de abuelo televisivo. No en vano el personaje de Antonio Ferrandis ha logrado, a pesar de los años y las generaciones, quedar en el imaginario colectivo mientras que la frase pronunciada por Pancho mientras comunicaba la noticia a sus amigos, «¡Chanquete ha muerto!», se ha convertido en una de las más míticas de la historia de la TV.

2. Silvia (Los hombres de Paco): Muerte rodeada de amigos

Si hubo un capítulo sobrecogedor de ‘Los hombres de Paco’ sin duda fue el 104, “Todos los planes de Lucas Fernández”, en el que llegaron a morir hasta cuatro personajes principales: Silvia, Quique, Nelson y Montoya, si bien el deceso más sangriento fue el de la pelirroja.

Silvia recibió un balazo en el vientre el mismo día de su boda con Pepa, razón por la que tuvo que ser “operada” de urgencia en el restaurante donde se celebraba el banquete, con su mujer y don Lorenzo como cirujanos. A pesar de que la propia Silvia mediante sus conocimientos como forense supervisó la operación, al final nada se pudo hacer por salvarla. Murió ataviada de novia, con el vestido empapado en sangre, mientras Pepa, su padre y el resto de protagonistas cantaban el tema “Se me olvidó otra vez” de Juan Gabriel, como acostumbraba a hacer don Lorenzo cuando Silvia era una niña y no se podía dormir.

Volvió a aparecer como fantasma en un capítulo de la última temporada para ayudar a Paco a resolver un caso.

3. Fermín (El Intenado): Mereció la pena

Fermín era un personaje muy querido por los seguidores de la serie. Su nobleza, su generosidad y su historia de amor con María hicieron que poco a poco el público se encariñara con este cocinero que pasaba más horas salvando al mundo que preparando la cena.

Su muerte tuvo lugar en el último capítulo de la serie, titulado “El fin”: Fermín había ideado un plan de fuga para impedir que los alumnos y profesores del Laguna Negra fueran asesinados en masa, y a sabiendas de que el teniente Garrido se había infiltrado en el colegio para boicotear sus planes, le tendió una trampa mientras el resto de personajes se escapaban de una muerte segura. La treta salió bien, pero cuando parecía que todo había terminado Garrido le asestó una puñalada en el vientre a Fermín que acabó resultando mortal.

El cocinero estuvo varios minutos agonizando hasta que María, Iván y Julia se lo encontraron en mitad del bosque. Tras fallecer se le apareció a ésta última como fantasma y le aseguró que su muerte había valido la pena, ya que con ella había evitado la del resto de personajes de la serie. Aunque la escena fue bastante emotiva seguro que muchos espectadores estuvieron en desacuerdo con Fermín.

4. Pepa (El secreto de Puente Viejo): La partera más querida (y vigorosa) de la televisión

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La muerte que no se sabe si lo es, la de Pepa Balmes (o Aguirre, o Castro, o Molero), tuvo lugar el 21 de agosto de 2012, cuando los espectadores vieron con pesadumbre como la protagonista de la serie se desangraba en La Cañada de los Lobos dando a luz a su hija Aurora.

Los anticoagulantes que le daba Francisca a escondidas y el hecho de ponerse de parto en un lugar donde nadie más que Tristán podía atenderla fueron factores determinantes para que la partera no saliera adelante… o sí, ya que nada se sabe aún de lo que ocurrió con su cuerpo, aunque recientemente hemos descubierto que cuando Tristán marchó dando a su mujer por muerta ésta aún tuvo fuerzas para traer a un nuevo hijo al mundo.

Viendo pues la resistencia física sin igual de Pepa, no sería de extrañar que hubiera sobrevivido. Sin embargo y mientras los guionistas no digan lo contrario hemos de suponer que está muerta.

5. Carol (El Internado): Asesinada y enterrada viva por un amigo

Carol era la más intrépida del grupo. No le tenía miedo a nada y ese coraje suyo, junto al hecho de que Ana de Armas decidiera abandonar ‘El Internado’ en su penúltima temporada, le costó la vida. La joven fue asesinada accidentalmente por Roque, su amigo de la infancia, quien la empujó por una ventana y la enterró viva en el bosque cuando Carol estaba a punto de descubrir que el chico pasaba información sobre sus amigos al Proyecto Géminis, organización criminal que llevaba tiempo detrás de ellos, a cambio de salvar su vida.

Carolina logró salir del hoyo en el que la había sepultado Roque, pero no tuvo fuerzas para volver al internado. Aunque consiguió llamar a sus amigos por teléfono desconocía en qué punto exacto del bosque se encontraba y la pandilla tardó demasiado en dar con ella. Marcos, Julia, Iván y Vicky llegaron a tiempo para evitar que Roque la rematara, pero Carol estaba tan débil que ni siquiera pudo decir quién la había agredido. Murió en brazos de Marcos ante la conmoción de sus amigos y de más de un espectador.

6. El Duque (Sin tetas no hay paraíso): Un narcotraficante de buen corazón

La serie estaba basada en el libro homónimo del colombiano Gustavo Bolívar, el cual narraba la vida de Catalina, una adolescente de 14 años que decidía dejar el colegio, romper con su novio, prostituirse y ponerse implantes mamarios para casarse sin amor con un peligroso narco a fin de conseguir el poder y las riquezas que no tendría trabajando honradamente.

Telecinco decidió en 2008 hacer una adaptación libre (o libérrima) de la novela de Bolívar pero convirtiendo a Cata en una dulce y responsable muchacha de 18 años enamorada hasta las trancas del Duque, un amigo suyo de la infancia que tras crecer sin el amor de sus padres se había convertido en un temido narcotraficante. Decidida a ser su novia, Cata se prostituía, se sometía a una operación de aumento de pecho y se adentraba en el mundo del tráfico de drogas. Más o menos como en la historia original, sólo que en este caso lo hacía por conseguir el amor de un hombre, y no por afán de riquezas.

A causa de este hecho la serie fue tildada de machista y superficial, sin embargo, Telecinco aseguró antes de su estreno que «Sin tetas no hay paraíso» mostraría las consecuencias de tomar malas decisiones, dando a entender que Rafa y Catalina no terminarían bien.

Y así fue, aunque con matices: El narco murió asesinado por Morón en el último capítulo de la segunda temporada, mientras Catalina contemplaba la escena devastada. Antes de fallecer El Duque consideró que morir era un justo pago por haber amado a Cata, quien había cambiado la negativa visión del mundo que él llevaba arrastrando desde niño. Tras esos pensamientos, exhaló el último suspiro en brazos de su redentora.

No obstante si él murió ella se quedó, y la perspectiva que le aguardaba a Catalina no era demasiado agradable: en las últimas escenas del capítulo la joven era arrestada y condenada a 13 años de cárcel por el asesinato de Cortés, enemigo declarado del Duque a quien ella había matado para evitar que lo asesinase.

7. Cata (Sin tetas no hay paraíso)… Pero con ellas sí

Cata salió de prisión cuatro años después de la muerte del Duque, tras haber conocido entre rejas a una persona que cambiaría su vida a peor: Daniela Mejía le había hecho mucho daño en la cárcel y una vez fuera la acosó y chantajeó hasta que Cata acabó matándola en defensa propia. Aquello fue su condena definitiva: en el último episodio de la serie Guillermo Mejía, hermano de Daniela, disparaba en el pecho a la protagonista para vengar la muerte de su familiar.

Así pues, tras muchos sinsabores Cata perdió la vida acompañada por su nuevo pretendiente La Roca y por su amiga Jessi, a quien preguntó antes de morir si creía que existía el paraíso y si se reuniría allí con «él».

De esta manera quedó demostrado que a pesar de sus apenas 23 años y de todo lo que había perdido, Catalina se sentía feliz de morir si así podía encontrarse con El Duque,  y que este seguía siendo el hombre por el que la chica volvería a sacrificarlo todo, dijese lo que dijese Telecinco. La serie terminó con una imagen de Jessi visitando la tumba de Cata y alegrándose de que al fin los dos enamorados estuvieran juntos.

8. Marisa (Compañeros): Todo por su hija

La profesora de literatura del Azcona tenía dos hijos naturales y otros tres adoptados. Los últimos, que habían sido abandonados por su madre biológica, presentaban varias carencias emocionales pero la mediana, Cristina, fue quien más conflictos tuvo con Marisa: primero a causa de los límites que ésta intentaba inculcarle, después por el comportamiento desagradable de la chica con el novio de su madre adoptiva y finalmente porque empezó a coquetear con las drogas.

Cuando la profesora, que había sufrido ella misma una adicción al alcohol tiempo atrás, supo que Cristina traficaba con pastillas trató de ayudarla a salir de aquel mundo pero su hija no se dejó. Al poco Marisa supo que la joven tenía pensado asistir a una fiesta a la que acudirían compañías poco recomendable y decidió ir a buscarla. Mientras los amigos de Cristina intentaban abusar sexualmente de ella sin conseguirlo, Marisa sufría un accidente de coche que acabaría resultando mortal. En el hospital fue despedida y llorada por todos justo antes de fallecer en el último episodio de la serie.

De manera paradójica Félix, la pareja de Marisa, que había padecido leucemia y se lo había escondido a su novia pensando que iba a morir, fue quien se quedó «viudo» al final de la serie, y quien acabó consolando a pesar de sus disputas a una afectada Cristina.

Cabe señalar que éste tenía que ser en principio un final de temporada más, y la muerte del personaje de Beatriz Carvajal era el modo de que la actriz pudiera dejar la serie como era su deseo, pero finalmente la cadena decidió no renovar ‘Compañeros’, por lo que la muerte de Marisa terminó cerrando la ficción. Tiempo después, los guionistas reconocieron que de haber sabido que aquella sería la última temporada se habrían ahorrado el dramatismo.

Sin embargo en la película ‘No te fallaré’, que narraba la vida de los protagonistas de ‘Compañeros’ tres años después del final de la serie, dos de los personajes hablaron de Marisa como si estuviera viva. 

9. Paloma (Aquí no hay quien viva): Todo por fastidiar a una vecina

‘Aquí no hay quien viva’ fue una serie llena de protagonistas carismáticos, desde el Mauri de Luis Merlo o el portero Emilio pasando por una entrañable Marisa a quién daba vida la desaparecida Mariví Bilbao, pero el personaje que probablemente dio más que hablar fue el de Paloma, no sólo por su muerte sino porque estuvo tres temporadas en coma sin que los guionistas se terminaran de decidir a matarla.

La salida de Paloma tuvo lugar después de que la actriz que la encarnaba, Loles León, quisiera abandonar la serie en su segunda tanda de episodios, motivo por el que la esposa de Juan Cuesta cayó al patio de luces de su edificio en el último capítulo de la temporada, durante una discusión con Isabel «La Hierbas» (quien más adelante se convertiría en la pareja de Juan). Paloma, decidida a tirar una blusa de su vecina al patio, se inclinó demasiado, perdió el equilibrio y se abrió  literalmente la cabeza. 

Tras el percance quedó en un estado de coma del que despertó un par de veces pero sin llegar a superarlo de manera definitiva.  Al fin, en la quinta temporada y tras el nacimiento de su primera nieta, Juan Cuesta recibió una llamada del hospital comunicándole que su mujer había muerto. Aunque ella lo negó,se especuló con la posibilidad de que Isabel, que horas antes había ido a visitar a Paloma al hospital junto al resto de la familia, la hubiera rematado a posta.

Durante la aparición del personaje en la cuarta temporada se utilizó a una doble de Loles León y una grabación de voz que la actriz había realizado en anteriores episodios.

10. Victoria (La Señora): Historia de amor con final infeliz

Está visto que las grandes historias románticas deben tener un final desgraciado en la ficción, probablemente para que sean más recordadas, y la de Ángel y Victoria no fue diferente.

El amor entre el sacerdote y la mujer casada de clase alta mantuvo enganchada a la audiencia alrededor de dos años, de modo que durante casi cuarenta episodios la serie fue líder de su franja horaria llegando a superar los cuatro millones de espectadores en la tercera temporada. No es de extrañar, pues la historia estaba bien narrada y los actores protagonistas (Adriana Ugarte y Rodolfo Sancho) desprendían mucha química en pantalla, pero sobre todo, los televidentes tenían ganas de ver el momento en que Ángel y Victoria, libres de sus respectivas cargas, pudieran ser felices junto a la hija que ambos habían concebido y que Gonzalo, el marido de ella, tenía reconocida legalmente.

En el último capítulo de la serie se dio el milagro: tras descubrirse su turbulento pasado Gonzalo había huido para evitar ir a la cárcel y la señora tenía por fin la ocasión de empezar una nueva vida junto al hombre que quería, pero una explosión en la mina de su familia provocó que Victoria quedara atrapada bajo un puñado de escombros. Finalmente murió allí, no sin antes pedirle a Ángel que cuidara de Aurorita, la hija de ambos.

11. Fer (Física o Química): Un disparo accidental

‘Física o Química’ fue la evolución de otras como «Compañeros» y «Al salir de clase» que marcaron a los adolescentes de los 90. Si bien la serie contó desde el principio con el apoyo del público también recibió varias críticas negativas, no obstante tuvo personajes que consiguieron ganarse enseguida el favor del público y uno de ellos fue Fer.

El joven, interpretado por Javier Calvo, era un adolescente noble y de principios que lo había pasado muy mal con la muerte de su primer amor, el enamoramiento no correspondido hacia Julio y su relación intermitente con David. Cuando falleció, la serie estaba a punto de terminar y como la muerte en los últimos capítulos de uno de los personajes principales es un recurso bastante habitual en la ficción, Fer acabó siendo el «afortunado» de ‘Física o Química’.

La papeleta le tocó a él, y ocurrió cuando varios de los personajes habían sido secuestrados por Toño, un alumno víctima de violencia escolar que se había presentado en el colegio con una escopeta dispuesto a matar a sus agresores. Fer consiguió eludir la vigilancia policial y se coló en el Zurbarán para intentar convencer al secuestrador de que desistiera. Lograrlo lo logró, pero en el último momento Toño y Álvaro se enfrascaron en un forcejeo y al primero se le disparó el arma de manera accidental con tan mala fortuna que la bala impactó en el pecho de Fer. El chico expiró segundos más tarde ante las lágrimas de David y sus amigos, mientras Álvaro y Toño miraban la escena devastados.

De esta manera la serie puso punto y final a seis temporadas de amores, desamores, amistades, odios y todo tipo de problemáticas vitales en un instituto al que más le valía a uno no asistir si respetaba su vida.

12/13. Ana y Teresa (Amar en tiempos revueltos): Las quemaron vivas

Si hubo una historia de amor que lograra levantar ampollas en ‘Amar en tiempos revueltos’ esa fue la de Ana y Teresa, pareja principal de la cuarta y quinta temporada de la serie. Y es que los personajes de Marina San José y Carlota Olcina llegaban para protagonizar la primera historia lésbica central de la serie, e iban a hacerlo sin tapujos, con unos guiones llenos de matices en lo referente a su historia, y con toda la carga dramática que una relación amorosa entre dos mujeres casadas en la España de los 50 podía tener.

Hubo muchas opiniones a favor y en contra de esta trama, pero sus seguidores resaltaban la ternura y la complicidad que se profesaban Ana y Teresa, quienes por algo habían sido buenas amigas antes de enamorarse.

La quinta temporada terminó con una Ana y una Teresa marchándose juntas a Santander, la primera embarazada de su difunto marido y la segunda dispuesta a cuidarla antes y después de que diera a luz. Volvieron a aparecer dos años más tarde durante unos cuantos capítulos para terminar yéndose a Argentina, donde empezarían una nueva vida junto a su hijo Alejandro. Habrían sido felices de no haber viajado posteriormente a Portugal, donde un incendio en el hotel donde se hospedaban terminó con la vida de Ana y el pequeño, de nueve años, además de dejar a Teresa moribunda y con un 40% de su cuerpo afectado por las quemaduras. Días más tarde fallecería tras una larga agonía. 

La muerte de Ana y Teresa sirvió para crear tensión entre el marido de ésta última, Héctor y su segunda mujer, quienes se separaron tras lo ocurrido . Este hecho ha molestado a  una parte de la audiencia de la novela que considera que la muerte de ambas mujeres y su hijo era innecesaria y demasiado truculenta, además de no gustarles que ocurriera fuera de cámara y que haya sido escrita para abrir una trama entre dos personajes ajenos a ellas, si bien a muchos seguidores de Héctor y Asun tampoco les ha gustado esta trama.

14. Lucía (Los Serrano): Y no estaba muerta… estaba recién casada

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La muerte de Lucía, la matriarca de la familia Serrano, fue dolorosa y emotiva, con esa Belén Rueda bordando una escena de despedida entre Diego y su personaje, los seres queridos de Lucía llorando en el hospital, su hija Teté recibiendo la noticia… no la habríamos puesto en el decimocuarto lugar de no ser porque, al final, resultó que todo había sido un sueño de Resines. Vamos, que durante los cinco años (o las tres horas, según cómo se mire) que duró la serie Lucía siempre estuvo viva, no en la mente de su macabro marido pero sí en la realidad.

¿Por qué la hemos incluido entonces? Porque ‘Los Serrano’ no volvió a ser lo mismo sin ella: pese a que el share de la serie bajó 4 puntos en la temporada posterior a la marcha de Belén Rueda, la trama principal sufrió tanto como los audímetros en el momento en que Diego empezó una relación con Celia, personaje que introdujeron tras la muerte de Lucía y que se emparejó con el patriarca de la familia cuando los espectadores apenas habían tenido tiempo para conocerla bien. Que Diego reharía su vida amorosa tarde o temprano era previsible pero quizás se precipitaron. 

A este hecho se le sumó el ingreso de Curro en un reformatorio por atropellar a un hombre y darse a la fuga, y las desavenencias entre Diego, Guille y Teté, ya que el primero no aceptaba la relación entre los dos hermanastros. Todos estos contratiempos ocurrieron en la última temporada y la historia de los Serrano parecía difícil de resolver en tan pocos episodios… pero sólo lo parecía. 10 minutos bastaron para que volviéramos a ver a la familia unida y feliz, a Diego orgulloso de los suyos y a Lucía merodeando por la casa como si nunca se hubiera ido. A pesar de la oleada de críticas que recibió ese final, seguro que más de uno se sintió aliviado al ver que la profesora volvía a estar en el mundo de los vivos. 

15. Ángel (Los protegidos): Pobre Culebra

Ángel, cuyo verdadero nombre era Víctor, fue secuestrado de niño por El clan del Elefante y separado de su hermano Culebra, quien nunca pudo olvidarlo. El problema era que vivían en realidades opuestas: el uno llevaba más de ocho años cautivo en la organización de Padre, el cual le había lavado el cerebro desde niño en contra de Culebra; y el otro estaba siendo protegido por Mario y Jimena  a costa de usar una falsa identidad para evitar correr la misma suerte que su hermano.

Así pues Víctor, utilizando el nombre real de Culebra, se infiltró en casa de la familia Castillo Rey dispuesto a vengarse de su hermano, a quién culpaba de haberlo abandonado la noche en que fue secuestrado. Los dos se enfrentaron en no pocas ocasiones y llegaron a rivalizar por el amor de Sandra, pero poco antes de morir Ángel le confesó a Culebra su verdadera identidad y a cambio pudo descubrir lo ocurrido años atrás: la noche en que El clan del Elefante lo raptó, Culebra volvió a buscarlo pero el padre de ambos le aseguró que Víctor había muerto. 

Tras esas explicaciones Culebra le pidió a Ángel que terminara lo que había empezado pero éste no pudo matarlo. Después de entender que su hermano lo quería y que no lo había abandonado, el menor de los Izquierdo se disculpó y fue perdonado. A partir de ese momento Sandra, Culebra y él se unieron para enfrentarse a los hombres de Padre, batalla de la que salieron victoriosos.

Sin embargo, cuando se creían a salvo, Ángel vio como la canica de Judith estaba a punto de tocar el corazón de su hermano, por lo que se interpuso para salvarle la vida, a costa de la suya propia. El capítulo terminó con una Sandra y un Culebra observando impotentes como la vida de Ángel se esfumaba entre los brazos de su hermano, quién de algún modo le vio morir por segunda vez cuando creía haberlo recuperado, y en esta ocasión para siempre.

      

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