‘Negocios al límite’ se traslada este domingo a un asador de pollos

Beatriz de la Iglesia detectó desde el principio las causas del fracaso.

Si hay un lugar donde un asador de pollos puede triunfar, es Benidorm, localidad alicantina donde la gran afluencia de turistas hace que el consumo de comida preparada se dispare. Pero el asador de pollos que ha recurrido a la segunda entrega de ‘Negocios al Límite’, que Cuatro emitirá el próximo domingo, 26 de enero a las 21:30h, lleva un año abierto y no ha conseguido obtener beneficios.

Beatriz de la Iglesia, coach del programa, detectó desde el primer momento las causas del fracaso: inexperiencia y ausencia de un plan de negocio. “Cuando llegué allí y les pregunté qué experiencia tenían en el sector y me dijeron que ninguna y que sólo tenían la receta familiar del pollo que venden, me llevé las manos a la cabeza: no tenían ni un plan de negocio ni un estudio de mercado ni nada de nada. Pensé que eran unos kamikazes, aunque también los admiré por su carácter emprendedor”, afirma la coach.

En el establecimiento trabajan tres personas de la misma familia: Neftalí, el jefe, Ana, su novia, y Manuel, hermano de Neftalí. Los tres se trasladaron desde Don Benito, en Badajoz, para montar esta empresa en la que pusieron toda su ilusión y que aún no ha dado los frutos esperados. La situación ahora es crítica porque si la actividad no repunta, Neftalí arrastraría a la ruina a parte de su familia, ya que su madre y un tercer hermano le han avalado con sus pisos y su nómina.

Los conflictos económicos se entremezclan con los familiares en este pequeño y particular negocio. La falta de clientes ha llevado al propietario a desquiciarse de tal manera que el ambiente en el trabajo es irrespirable. Gritos, insultos, y malas formas son la manera en la que Neftalí dirige su establecimiento, hasta el punto que tanto su novia como su hermano Manuel están dispuestos a abandonarle si no cambia de actitud.

En este punto, la intervención de Beatriz de la Iglesia será fundamental: “me he focalizado en hacerles ver que solo por vender un buen pollo asado no sacas adelante un negocio. Hemos trabajado con ellos el liderazgo, la disciplina, técnicas de venta y atención al público, y distribución de funciones dentro de la empresa, entre otras cosas. Con Neftalí, además de todo esto, he tenido que trabajar mucho su temperamento. Alguna vez, hasta he tenido que perseguirle por las calles de Benidorm porque a la primera de cambio escapaba de su responsabilidad”, explica la terapeuta de ‘Negocios al límite’.

La supervivencia del asador está en juego. Si Neftalí no consigue superar el bloqueo que le impide trabajar a toda máquina, tendrá que cerrar su único medio de vida. Beatriz de la Iglesia deberá empeñarse a fondo y movilizar todos sus recursos, entre ellos el asesoramiento de un empresario experto que sorprenderá no sólo al espectador sino también a los propios protagonistas.

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